Nombres de nuestros ancestros

Todos tenemos un nombre que nos identifica; un nombre elegido por nuestros padres. A veces es un nombre elegido a capricho, escogido por su resonancia, por simple gusto. Otras veces se sigue la tradición familiar, repitiéndose los nombres de padre, madre, abuelos, abuelas, tíos, tías... También hay sorpresas, como en el caso de mi tía Elu (Eleuteria). Se cuenta en la familia que fue su abuelo el encargado de ir al Registro para inscribir a la recién nacida, pero que por el camino se le olvidó el nombre que le habían encomendado. Por lo visto registró el primer nombre que se le pasó por la cabeza.

Antes tenían más hijos que ahora, y no se rompían mucho la cabeza con los nombres. El Concilio de Trento (1545-1563) hizo obligatorio bautizar a los niños con nombres extraídos del santoral católico. Y en muchos casos se llevó la obligación a rajatabla, aplicando el nombre del santo del día (hoy: ). Así sucedió con mi abuela Obdulia (nacida el 5 de septiembre) y con muchos antepasados más.


Seguro que es también el caso de muchos de vuestros antepasados. ¿Queréis hacer la prueba? Escribid el nombre de vuestro antepasado en el cajetín y veréis si su santo coincide con el día de su nacimiento.

Nombre